El titán de la música pop regresa con una nueva entrega que lo ve crecer bajo el estrellato y reafirma su habilidad musical en la escena popular musical. Después de su último álbum, Un Verano Sin Ti, el puertorriqueño subió la barra de calidad en la música urbana; sin duda un álbum que logró explorar nuevas formas de acercamiento al reguetón y una experimentación a otros géneros que para el artista no tenían precedentes. Con nadie sabe lo que va a pasar mañana, Bad Bunny nos abre las puertas a su mundo de introspección, en donde analiza los pasos que lo han llevado al nivel de fama en que se encuentra ahora.

A pesar de este paso hacia adelante en su etapa como el número uno, la musicalidad del álbum lo ve dando un paso hacia sus raíces. En este reencuentro con el género trap vemos a un artista más maduro y una honestidad que no había dejado al aire en ninguno de sus proyectos anteriores. En este giro de 180 grados hacia su pasado, Bad Bunny apuesta por una etiqueta más minimalista en cuanto a la opulencia del reconocimiento que lo ha acompañado durante su carrera pues el propio puertorriqueño considera que “este disco no es para ser tocado, ni merece un billón de visitas”.