EL TEATRO DE LA ALTA COCINA EN BAJEL
Por: Daniela Gutiérrez
Imágenes: cortesía del restaurante
Llevar un restaurante es como bailar sobre una cuerda floja. Cada noche, cada servicio, es una nueva oportunidad para la perfección... o el desastre. Pero tener una cocina abierta añade otra capa de dificultad: no hay cortinas para ocultar las discusiones, los errores, las manchas de salsa que se derraman en la cazuela equivocada. Todo se expone al ojo crítico de los comensales que, copa de vino en mano, observan como un jurado atento. En Bajel, un restaurante elevado (literal y figuradamente) en el piso 13 del Sofitel Mexico City Reforma, esa transparencia no solo es un desafío; es la esencia misma de su propuesta. Y bajo la dirección del chef Alonso Vidal, Bajel no solo sobrevive, sino que florece con una energía y armonía contagiosa.
En Bajel, cada plato es una declaración de principios, una fusión de técnicas internacionales y los mejores ingredientes mexicanos. Aquí no hay lugar para esconderse. No hay tiempo para gritos ni para correcciones a puerta cerrada; la cocina abierta es un teatro de alta gastronomía en el que cada movimiento está calculado. Pero aquí, los movimientos fluyen con la gracia de una orquesta bien afinada. Vidal, que ha pasado por cocinas legendarias como Casa Cruz en Buenos Aires y Sud 777 en Ciudad de México, lidera con la mezcla precisa de rigor y libertad creativa que ha aprendido de sus grandes maestros.
Ver al equipo de Bajel en acción es casi hipnótico. El calor de la cocina se mezcla con la tranquilidad del comedor, donde la madera de nogal y los tonos cobrizos ofrecen un refugio elegante para los sentidos. La tensión controlada de la cocina abierta se equilibra con la suavidad del servicio, que se desliza por el espacio, asegurándose de que cada copa esté llena y que cada plato llegue a la mesa con la temperatura y el cuidado exactos. Aquí, cada detalle cuenta, desde el emplatado hasta la interacción con el comensal. Es una coreografía de altos estándares donde todo parece effortless, pero nada se deja al azar.
El menú degustación de Bajel es un viaje a través de la riqueza del territorio mexicano y la técnica sofisticada de Vidal. Es un despliegue de sabores audaces y equilibrados, como el aguachile de sandía con aire de cardamomo, una reinvención refrescante de un clásico del Pacífico, o el lechón con manchamanteles, que recuerda a los domingos familiares. Bajel también ofrece una de las mejores propuestas vegetarianas de la alta cocina en la ciudad. El mole blanco con coliflores y nuez moscada es sublime, y las zanahorias en amarillo con comino y yogur son una prueba de que la cocina vegetal puede ser tan emocionante como cualquier corte de carne.
Vidal, con apenas unos meses en la dirección de Bajel, ya ha logrado lo que pocos: ser el único restaurante dentro de un hotel en México recomendado por la Guía Michelin en su primera edición en el país. No es una casualidad. Es el resultado de un chef que ha sabido absorber las lecciones de su travesía en otras cocinas y que ahora, en el epicentro de la Ciudad de México, ha encontrado la libertad para crear sin ataduras. La cocina abierta de Bajel es un espejo de esa libertad: un lugar donde los sabores se encuentran con la precisión técnica y la honestidad se vuelve ingrediente principal. Aquí, el fuego de la parrilla y la quietud del comedor no son opuestos; son parte de una misma sinfonía.
Bajel es una promesa de lo que la alta cocina puede ser cuando se quitan las barreras entre el chef y el comensal, cuando no hay secretos, solo la pura y vibrante realidad del buen comer.
Ubicado en Av. Paseo de la Reforma 297, piso 13, Cuauhtémoc, CDMX, Bajel ofrece cenas de martes a sábado de 6 PM a 11 PM.