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CHRIS MACK: CONSTRUYENDO ARTE A TRAVÉS DE LA FILANTROPÍA

Stylist: Sarah Gore Reeves
Fotografía: Coliena Rentmeester
Por: René Villaseñor García

Christine Mack, una figura destacada en la escena artística de Nueva York, está en una misión para brindar un refugio a artistas emergentes. Reconociendo los desafíos que enfrentan los artistas más jóvenes y menos establecidos para costearse la vida en la ciudad, Mack está lanzando una iniciativa transformadora a través de su fundación, Mack Art Foundation.


La evolución de su pasión a lo largo de dos décadas ha llevado a Christine Mack a un profundo compromiso con el arte y la comunidad. Desde sus inicios como coleccionista hasta su incursión en proyectos relacionados con el espacio público y con residencias de artistas emergentes, Mack ha forjado un camino que fusiona la filantropía y el arte.


Para M Revista de Milenio, Mack reflexiona sobre el cambio en la dinámica del arte, los nuevos desafíos y las posibilidades de apoyar a artistas fuera de las ciudades centrales del arte como Nueva York.


¿Cómo ha evolucionado tu pasión por el arte a lo largo de las décadas?

Comencé a coleccionar arte hace unos 20 años, pero en los últimos 10 he empezado a dedicarle más tiempo. Siempre he estado a favor del arte público, pues creo que es beneficioso tanto para el artista como para la comunidad. Comencé a trabajar en algunas esculturas públicas al aire libre, luego creé una plataforma llamada Space2Curate, donde mi pareja y yo curamos exposiciones en espacios vacíos. A medida que mis hijos crecían, empecé a viajar a ferias de arte y a hacer visitas a estudios. Al conocer a varios artistas emergentes, me di cuenta de que muchos de ellos estaban bastante aislados en sus estudios. Fue entonces cuando se me ocurrió hacer una residencia, pensé que sería una experiencia genial para ellos poder venir a Nueva York, que creo es la meca del arte internacional.

¿Cómo lograste esa armonía perfecta entre la filantropía y el arte? ¿Cómo surgió la idea?

He estado involucrada en la filantropía durante más de dos décadas,  principalmente en la salud mental infantil, la prevención del consumo de drogas en adolescentes y la educación. Pero cuando descubrí las necesidades de los artistas emergentes en cuanto a mentoría y apoyo financiero, decidí fusionar mis dos pasiones en la vida: la filantropía y el arte.


¿Podrías compartir una historia de éxito del programa de residencia? ¿Cómo ha impactado en la carrera de algún artista en particular?

Cada persona tiene una historia diferente. La primera artista con la que colaboré, Hannah Lupton Reinhard, soñaba con tener algún día una pintura en la colección del Museo Judío, así que organicé una visita al estudio con dos de los curadores contemporáneos del museo para que conocieran a Hannah. Ahora está en su radar y seguirán su carrera. Hannah también quería hacer un proyecto de arte con niños judíos, así que contacté a un centro comunitario que tenía un campamento de verano en el condado de Rockland con el que hicimos un proyecto de arte el año pasado.


¿Qué papel juega el programa de residencia de la Mack Art Foundation en apoyar a artistas emergentes de fuera de la ciudad de Nueva York?

El propósito de la residencia es traer artistas que no son de la ciudad y darles una experiencia que normalmente no habrían tenido. Cada artista participará en un proyecto comunitario de su elección, y al final de su residencia tenemos un evento para “conocer al artista” de puertas abiertas para amigos, inquilinos del edificio y personas en la comunidad artística. Creo que es emocionante para la comunidad conocer a artistas de otros lugares.


¿De qué manera crees que se pueda fomentar la práctica de artistas emergentes ajenos a la experiencia de vivir y crecer en las capitales artísticas?

Creo que los coleccionistas prominentes deberían incluir a estos artistas en sus colecciones. Al hacerlo, no solo están ayudando a los artistas emergentes, sino que la colección se vuelve más interesante y distinta; tal vez incluso encontrar uno o dos artistas para ayudar a mentorizar o apoyar, para que tengan la oportunidad de seguir su pasión por crear arte.

De igual manera, involucrarse con fundaciones existentes y organizaciones sin fines de lucro que apoyen a artistas emergentes es una forma sencilla de fomentar esta práctica.

Entre el arte y la filantropía, la curadora de arte Christine Mack reflexiona sobre los problemas latentes de todos aquellos artistas que se encuentran en los márgenes de la sociedad.

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