No es fácil crecer en una familia de creativos, Lily lo sabe muy bien. Entre su padre, el diseñador gráfico Alan Aldridge, que trabajó con Elton John y The Beatles, y su hermano, el fotógrafo Miles Aldridge, que ha colaborado con publicaciones como The New Yorker o Vogue, Lily estuvo rodeada de todo tipo de talentos desde el día en el que nació. Después de dudar durante mucho tiempo sobre su propia creatividad, hoy nos habla sobre cómo con un poco de tiempo libre cambió su vida.

¿Qué te gustaría que la gente supiera sobre ti en este momento de tu trayectoria creativa?

En años recientes, he tenido la oportunidad de reflexionar sobre mis deseos, pasiones y potencial creativo. He disfrutado explorando nuevos intereses, como la pintura. Durante la pandemia, mi hermana Ruby me dio un libro de Julia Cameron, El camino del artista, que tuvo un gran impacto en mi vida. Me abrió los ojos a retos que siempre me habían asustado o que creía que no podría lograr porque pensé que no era una persona creativa, pero eso no era cierto en absoluto, simplemente era algo que nunca me había dado el tiempo de explorar.

Cuéntame más sobre tu nueva pasión, ¿qué es lo que amas de crear arte?

Pintar se ha convertido en una especie de terapia para mí. Le recomiendo a todo el mundo que saque su lado creativo, independientemente de su nivel de habilidad. Créeme, si lo intentas, te sorprenderás a ti mismo. Se trata de vivir nuevas experiencias sin miedo a no ser perfecto, porque nadie lo es. No estoy intentando ser Picasso, pero solía alejarme de expresar mi creatividad por miedo a fracasar. Hoy, sé que aunque cometo errores, son parte del proceso. Cada día avanzo y mejoro.