DIOR RECONQUISTA ESCOCIA CON SU RECIENTE COLECCIÓN DE CRUCERO 2025
Por: M Revista de Milenio
Imágenes: cortesía de la marca
Como un juego de afinidades, Dior re-visita su conexión con Escocia fruto del desfile de Otoño / Invierno de 1947. En él Christian Dior bautizó un conjunto de Alta Costura como Écosse. Más tarde, en 1951, presentó su línea Primavera / Verano en Perthshire, donde posteriormente en 1955 develaría una colección de tan solo 172 looks en un baile benéfico celebrado en el Hotel Gleneagles, un evento excepcional también orquestado en el Hotel Central de Glasgow. En 1960, Christian Dior London –la filial inglesa de la Maison– organizó un desfile para recaudar fondos para dos organizaciones en el Palacio de Scone. Una admiración mutua, encarnada en paralelo por asociaciones y colaboraciones que celebran la excelencia y sellan, a través del prisma de la creación, la preciosa alianza que une a la Maison y la cultura plural de este país único.
Presentada en los majestuosos jardines del castillo de Drummond, esta colección crucero 2025 de Dior marcará el inicio de un nuevo y significativo capítulo en este legado histórico. El paisaje, icónicamente escocés, con influencias renacentistas francesas e italianas, sirve como escenario perfecto para los looks ideados por Maria Grazia Chiuri, que resaltan la rica diversidad de su historia textil y sus tradiciones artesanales. Para Chiuri, la presentación de la colección Crucero es una oportunidad para seguir los pasos de Christian Dior alrededor del mundo. Viajes visuales que cada vez invocan nuevas experiencias. Así como en 1955 cuando Monsieur Dior presentó su trabajo en Perthshire, para la Directora Creativa de las colecciones femeninas de Dior, este país se ha convertido en el marco narrativo para su colección. Esta creación de 89 looks fue revelada en los jardines del Castillo de Drummond, donde recuerdos, inspiraciones y sugerencias se fusionan para generar formas y bordados.
El unicornio y el cardo, ambos símbolos de Escocia, proporcionan una variación inédita del motivo Millefleurs y se transponen en bordados heráldicos, recordando el savoir-faire de esta técnica excepcional, un lenguaje en sí mismo, una forma de resiliencia. Un emblema de María Estuardo que se puede encontrar en el libro de Clare Hunter "Embroidering Her Truth: Mary, Queen of Scots and the Language of Power".
Un mapa de Escocia adorna algunos de los modelos en esta línea crucero, esbozando una cartografía de colaboraciones y encuentros culturales desplegados especialmente para este desfile, como el homenaje al tartán: "Probablemente es la única tela elegante que resiste las modas", escribió Christian Dior en "The Little Dictionary of Fashion". Mezclando varios colores y el corte de un kilt, esta tela histórica, intrínsecamente característica de la región, sigue cruzando modas pasadas y presentes, desde el romanticismo hasta el punk.
Fotografías de la presentación de Primavera / Verano 1955 se transforman en estampados o se emplean como apliques en los bordes de kilts o chaquetones, en una especie de montaje cinematográfico. Constituyen objetos de memoria que puntúan esta colección crucero 2025 de Dior. Los looks fusionan elementos contrastantes, incluyendo las texturas divergentes de terciopelo y encaje que visten al ecuestre contemporáneo. Ciertas siluetas presentan mangas exageradamente anchas que, en camisas blancas, aparecen bajo pequeños vestidos con faldas fruncidas y bustiers resplandecientes con bordados. Estos últimos se encuentran en varias piezas oscuras e iridiscentes que a veces están adornadas con perlas. Cuellos de encaje, a su vez, iluminan el negro. También usado en materiales muy ligeros, el tartán es el hilo conductor que recorre esta verdadera celebración del kilt, ya sea hecho directamente en Escocia o reinterpretado. Sin olvidar los vestidos concebidos en diversas longitudes, así como abrigos y capas con grandes capuchas. Las botas de lluvia van y vienen. Pequeñas chaquetas adoptan el gris de las telas de ropa masculina, y la icónica chaqueta Bar luce botones de terciopelo negro de estilo Brandenburg.
Este mismo terciopelo magnifica un vestido de noche, cuyo busto ajustado enfatiza la falda sobredimensionada. La red de pescar tejida como plumas se metamorfosea en vestidos largos y ligeros, abrazando el tono malva de la nostalgia. Esta coreografía inventiva está compuesta de afinidades interconectadas. Como un testimonio que revisita historias de tiempos pasados, ofrece un viaje donde las diferentes etapas se convierten en sujetos de creatividad.
