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EL MUNDO ANIMAL A TRÁVES DEL LENTE DE ARTHUR ELGORT

Por: Sarah Gore Reeves, Daniela Gutiérrez y Sophie Elgort
Fotografía por: Arthur Elgort

Sophie Elgort creció rodeada de todo tipo de cámaras. A diferencia de otros niños, que son recriminados por jugar con las costosas herramientas de trabajo de sus padres, a Sophie le permitían usarlas. De hecho, su padre la animaba a hacerlo, la alentaba a crear.


Amante de los animales, Arthur disfruta el reto de capturar personalidades únicas y especies impredecibles, una combinación que resulta en increíbles postales, y que lo han convertido en uno de los fotógrafos más respetados e influyentes de la industria a sus 83 años. Su trabajo ha sido publicado en Vogue y Harper’s Bazaar, y exhibido en múltiples galerías alrededor del mundo.


La carrera de Arthur Elgort despegó en 1971, cuando publicó unas fotografías en blanco y negro en la versión británica de Vogue y le inyectó a la fotografía de moda lo que tanto necesitaba: movimiento. Más de cincuenta años después, es responsable de popularizar el estilo espontáneo y lleno de energía que asociamos con los retratos de moda. Su sello personal consiste en tomar riesgos y salir del estudio.


Padre e hija tienen una conversación para M de Milenio acerca del legado de Arthur, y sobre su entusiasmo por fotografiar tanto a supermodelos como a múltiples especies. Este pequeño grupo de imágenes es el resultado de más de cinco décadas de trabajo, tan solo algunos de sus mejores momentos que combinan supermodelos y animales.


Estudió pintura, pero él mismo ha admitido que siente que únicamente es bueno para tomar fotos. Aunque sus retratos parecen fluidos y naturales, hay mucho trabajo detrás de ellos, y lograrlos no es tan sencillo como parece.


En 1993, viajó a Nepal con Kate Moss y Christy Turlington para una editorial y recuerda lo difícil que fue.


Kate Moss subió al elefante en el que sería fotografiada sin una escalera o alguien en quien pudiera apoyarse, trepó por la trompa ella sola. La razón por la que su peinado estaba fijo es porque una vez que subiera al elefante, nadie de maquillaje ni peinado podría subir a arreglarlo.


AE: Me gustan los animales.


SE: ¿Por qué te gustan?


AE: Te dejan ver algo que es normal.

Sophie no recuerda un momento de su vida en el que no haya amado la fotografía. Desde que era pequeña pensaba que llevar una cámara colgada en el cuello era lo más común del mundo, pues era como veía siempre a su padre.


En 1985, Arthur asistió a un rodeo en Arizona y se enamoró de la teatralidad y el espectáculo. Le gustó tanto que hizo un documental en 1983, Colorado Cowboy, en el que cuenta la historia de la leyenda de rodeo Bruce Ford. Este fue uno de muchos encuentros con animales que Arthur tendría, pues estaba encantado con la conexión entre las personas y sus animales. Sophie le pregunta a su padre sobre este peculiar interés:


SE: ¿Qué te atraía tanto sobre el rodeo?


AE: Me parecía muy americano. Y me gustaba el estilo, me gustan las botas.


SE: Incluso hoy te vistes más o menos así…


AE: Recuerdo que me dejaban entrar a la arena, pero me decían muy claramente: “Los toros no se van a detener para que les tomes fotografías, así que cuando veas a uno acercarse, súbete al barandal”.


SE: En la fotografía de moda los animales pueden ser excelentes extras. Como podemos ver en estas fotografías, también trabajas a menudo con perros. Solías decir que eras alérgico a ellos.


AE: Soy más alérgico a los gatos —bromea—. Nada de eso importó cuando hicimos una sesión con perros en Nueva York en 2005 con 12 perros para Vogue.


SE: ¿Por accidente?


AE: No, alguien lo planeó. Pero los perros estaban por todas partes y la modelo solo estaba en medio todos ellos, posando, como si fuera la paseadora.


Después de casarse con Grethe Barrett Holby, productora de teatro, compró un estudio en SoHo antes de que el barrio fuera popular, cuando nadie quería desplazarse tan lejos hacia el sur de Manhattan. A pesar del escepticismo, el fotógrafo lo fue renovando poco a poco hasta convertirlo en un espacio que se ajustaba a sus necesidades creativas. Con techos altos e increíbles ventanales por los que entra la luz, cualquier fotografía que sea tomada aquí tiene el estilo Elgort.


Cuatro décadas después, Arthur sigue trabajando en este lugar, y casi nunca se desplaza a otros estudios para realizar sesiones fotográficas. Llena las paredes de fotografías de toda su carrera que forman collages a modo de papel pintado en los que se inspira continuamente. El piso de arriba sirve de espacio de trabajo y almacenamiento, además de funcionar como un área privada a la que deja entrar a su círculo más cercano.


No hay otro estudio como el suyo en Nueva York... ni en ningún otro lugar. Desde que hizo su debut fotográfico en 1971, Arthur se consolidó permanente en el mundo de la fotografía de moda.

—Haría todo por una buena foto, ¿no es así?— Le dice entre risas a Sophie.

El legendario fotógrafo de moda, Arthur Elgort, continúa siendo una inspiración para artistas de todo el mundo. Una de ellas es su hija, la también fotógrafa Sophie Elgort. Ambos conversan sobre su estilo único y uno de los múltiples elementos de su visión artística: los animales.

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