ENTRE LA DEVOCIÓN Y LA PROVOCACIÓN: REVELANDO EL ARTE MEXICANO DE LOS AÑOS OCHENTA EN MASA GALERÍA
Por: Sofía Esquivel Terreros
Imágenes: Gustavo García-Villa / Cortesía MASA
En una oda al alma y escencia del arte mexicano de los años ochenta, MASA Galería presenta su nueva exposición: Al Amigo Que No Me Salvó La Vida: Pinturas Mexicanas 1976-1991. Esta exposición, comisariada por Su Wu, destaca obras de una selección de artistas vanguardistas cuyas representaciones del yo oscilan entre la sinceridad y la provocación, explorando la devoción, la melancolía y la función corporal.
Más que una simple retrospectiva, Al Amigo Que No Me Salvó La Vida se sumerge en un período artístico marcado por crisis políticas, tectónicas y existenciales. Inspirada en la novela homónima de Hervé Guibert, la exposición investiga la materialidad desafiante con ternura hacia lo visceral, anatómica y emocionalmente. Desde el sufrimiento católico subvertido de Golgota y La Crucifixión de Germán Venegas hasta la reflexión sobre la bendición y la división en Autorretrato con la Virgen de Guadalupe de Nahum B. Zenil, cada obra es una invitación a la contemplación y reflexión profunda.
La exposición también sirve como homenaje a los curadores, galeristas y críticos del movimiento Neomexicanismo, cuyas percepciones precisas enmarcaron este período como uno de multitudes y contradicciones. En obras como Relámpagos Naranjas de Julio Galán y Erotismo en Papel de Francisco Toledo, la tensión entre lo sagrado y lo profano, el esfuerzo y su consecuencia, se manifiesta en vívidas imágenes que desafían y provocan.
La diversidad de la muestra es palpable en la variedad de medios y estilos utilizados por los artistas. Desde las pinturas murales épicas de Cintas Transportadoras de Georgina Quintana, hasta la íntima exploración de la figura humana en Bañista de Adolfo Riestra, cada obra revela una sensibilidad única que contiene narrativas personales de los artistas, hacia el espectador. De igual manera, en Híbrido de Roberto Turnbull, una gran protuberancia desequilibra la forma humana, sugiriendo una exploración de la identidad y la fragmentación y en las pinturas murales de Fábrica Interminable de Georgina Quintana, las cintas transportadoras y la maquinaria articulada se convierten en extensiones del cuerpo humano, anticipando que nuestra existencia está interconectada con las máquinas y estructuras sociales que emergen y se forman alrededor de todas las personas que conviven en sociedades determinadas.
Las biografías de los artistas añaden una capa adicional de profundidad a la exposición. Adolfo Riestra, conocido por su exploración de la masculinidad a través de la cerámica y el collage fotográfico, creó un pastiche personal de imágenes capturadas con una franqueza desgarradora. Francisco Toledo, además de ser un artista destacado, fue un activista cultural que dejó un legado imborrable en Oaxaca. Georgina Quintana, parte de la generación que revitalizó el arte mexicano en los años ochenta, es conocida por sus pinturas épicas que exploran la creación del mundo y la relación entre el ser humano y la naturaleza.
La exposición Al Amigo Que No Me Salvó La Vida trasciende la mera representación artística para ofrecer una reflexión profunda sobre la condición humana y el papel del arte en tiempos de crisis. A través de obras provocativas y conmovedoras, los artistas exploran temas universales como la identidad, la espiritualidad y la conexión con el entorno.
En un mundo cada vez más caótico y fragmentado, esta exposición nos invita a detenernos y reflexionar sobre lo que significa ser humano mientras se atraviesa un constante cambio. Al Amigo Que No Me Salvó La Vida es un recordatorio de la capacidad del arte para trascender fronteras y conectar a las personas a niveles mucho más profundos, retoma sentimientos y emociones que hacen que los espectadores aprecien el arte de una manera más íntima.
