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FONDATION CARTIER PRESENTA LA PRIMERA RETROSPECTIVA DE OLGA DE AMARAL EN EUROPA

Por: Daniel Zepeda
Imágenes: cortesía de Fondation Cartier

“Al construir superficies, creo espacios de meditación, contemplación y reflexión. Cada pequeña unidad que forma la superficie no solo es significativa en sí misma, sino que también resuena profundamente con el todo”. Estas palabras de Olga de Amaral capturan la esencia de su práctica artística, donde lo individual y lo colectivo se entrelazan en un diálogo que trasciende lo material. La obra de Amaral habita un espacio entre el textil y la escultura, ofreciendo una exploración meditativa de la superficie y el espacio.


Del 12 de octubre de 2024 al 16 de marzo de 2025, la Fondation Cartier pour l’Art Contemporain presentará la primera gran retrospectiva europea de la artista colombiana. La muestra reunirá cerca de noventa obras que abarcan seis décadas de su carrera, presentando una rara oportunidad para explorar su trabajo completo. Muchas de estas piezas nunca se han exhibido fuera de Colombia, esta exposición ofrece una visión profunda de su experimentación con el arte textil, un medio que Amaral ha transformado en un vehículo para la expresión abstracta.


Nacida en Bogotá en 1932, Olga de Amaral ha sido una figura pionera en el arte contemporáneo colombiano y una revolucionaria en el arte textil. Desde la década de 1960, ha expandido los límites del arte textil, utilizando materiales como lino, algodón, crin de caballo, yeso y pan de oro. Tejiendo, anudando y entrelazando fibras, crea obras tridimensionales que desafían la categorización. La exposición de la Fondation Cartier no solo presenta sus famosos tapices dorados, sino también sus primeras exploraciones textiles y sus piezas que evocan el arte precolombino y las tradiciones artesanales de América Latina.

El trabajo de Amaral ha desafiado las percepciones tradicionales del arte textil, que a menudo se considera un medio decorativo o doméstico. Durante las décadas de los sesenta y los setenta, mientras artistas como Sheila Hicks y Magdalena Abakanowicz también exploraban el arte de la fibra, Amaral rompió las barreras entre arte y artesanía. Sus obras van más allá de la categoría de tapicería o escultura textil; son tanto pinturas como instalaciones que borran las fronteras entre disciplinas artísticas.

“Vivo el color. Sé que es un lenguaje inconsciente y lo entiendo. El color es como un amigo, me acompaña”, dijo Amaral. Esta relación con el color se desarrolló durante su tiempo en la Cranbrook Academy of Art en Estados Unidos, donde se empapó de la rigurosa formación modernista.


Cuando regresó a Colombia a mediados de los años cincuenta, su sensibilidad artística se vio moldeada por los paisajes de su país natal. Las altas mesetas andinas y las vastas llanuras tropicales inspiraron el tono y la textura de sus obras. Esto se refleja claramente en sus series Estelas (Estrellas) y Brumas (Niebla), incluidas en la exposición.


Con esta retrospectiva, la Fondation Cartier pone en primer plano la obra de la bogotana, ofreciendo una apreciación largamente esperada de su contribución al arte global. A través de su manipulación de materiales, forma y luz, Amaral nos invita a entrar en un espacio de reflexión, donde el arte se convierte en un espejo de lo espiritual, lo temporal y lo eterno.

Como un punto de equilibrio definido por lo tangible y lo intangible, la Fondation Cartier celebra la transformadora maestría de Olga de Amaral con una importante retrospectiva que explora la interconexión profunda entre las partes y el todo, revelando la dimensión espiritual y estética de la existencia.

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