LA ESENCIA ATEMPORAL DE GUCCI EN LA PRIMAVERA VERANO 2025
Por: Daniel Zepeda
Imágenes: cortesía de la marca
En la icónica Trienal de Milán, Gucci presentó su colección Primavera / Verano 2025, bajo la dirección de Sabato De Sarno. Esta temporada, marcada por una "grandeza casual", invita a detenernos y a reflexionar sobre esos momentos únicos que definen nuestra existencia, como el instante en que el sol se sumerge en el horizonte al final de un día de verano. La pasarela, transformada en un corredor cromático, empezó en un blanco puro para avanzar hacia el vibrante Gucci Rosso Ancora, evocando los matices de una puesta de sol. Las salas del desfile, cada una teñida de un color distinto, ofrecieron una experiencia visual envolvente. Como expresó De Sarno: "Un momento tras otro, he construido mis ideas para Gucci". Esta visión se vio reflejada en su obsesión por la sastrería, la lencería y el cuero, combinados con un homenaje a las siluetas de los años 60, en una propuesta irreverente y sofisticada.
La sastrería, lejos de ser convencional, marcó el ritmo del desfile con pantalones cortados sobre tennis, uniendo el vestuario femenino y masculino en perfecta armonía. Los tonos gris, verde y naranja, junto con el icónico rojo de Gucci, recordaron una época de frescura y optimismo, mientras que las chaquetas estructuradas, las faldas de corte A y los grandes abrigos estilo couture aportaron una elegancia sin esfuerzo. Estos abrigos, adornados con el Monograma GG, se llevaron con jeans y camisetas, redefiniendo la idea de lo cotidiano con un toque lujoso.
La colección también exploró el legado de Gucci, con un foco especial en la bolsa Gucci Bamboo 1947, que apareció reinventada con detalles contemporáneos. El bambú, en su esencia, se extendió más allá de los accesorios, sirviendo de inspiración para joyería que se entrelazaba con el cuerpo, mientras nuevos bolsos como el compacto y funcional Gucci Go ofrecían una visión moderna del estilo. Las plataformas, mocasines y botines con el Horsebit, otro símbolo de la casa, se presentaron con una actitud relajada y un aire retro, capturando la esencia de los años 60. Entre los detalles más memorables, el fular Gucci Flora se destacó no solo como un accesorio, sino como una obra de arte en sí misma. Reimaginado con una paleta que seguía los tonos de la colección, el fular recordó el poder de la moda para contar historias. Además, los vestidos fluidos de jersey, inspirados en los años 90, junto a plataformas de punta cuadrada y botines, completaron una propuesta donde el pasado y el presente se fusionaron de manera impecable.
Con esta colección, Sabato De Sarno ha logrado capturar la esencia de Gucci: una mezcla de legado, innovación y la irreverente actitud que ha definido a la marca por décadas. "Grandeza casual" es mucho más que una estética; es una invitación a vivir cada momento con intensidad, a celebrar lo efímero. Esta colección, que fluye entre lo clásico y lo contemporáneo, reafirma a Gucci como un referente de estilo que sigue evolucionando sin perder de vista su herencia.