LA METAMORFOSIS DE LA MÚSICA REGIONAL MEXICANA: DE LO TRADICIONAL A LO GLOBAL
Por: René Villaseñor García
Imágenes: cortesía
La música regional mexicana ha experimentado una metamorfosis sin precedentes en los últimos años, trascendiendo fronteras y estableciéndose como un fenómeno global. Si bien el reguetón y el trap con figuras como Bad Bunny o Becky G han dominado el panorama musical latino, han surgido nuevos nombres para compartir el estrellato que estos artistas han conseguido dentro de un ámbito completamente distinto y una musica que representa fielmente una cultura presente en el país.
Históricamente, los corridos tumbados han sido la voz del norte de México, reflejando la realidad de la cultura del narcotráfico y las experiencias del país. Sin embargo, este género ha encontrado una renovación artística que ha fusionado los elementos tradicionales de los corridos con el ritmo del trap, creando así un nuevo subgénero. Con más de 52 millones de oyentes mensuales en la plataforma Spotify, artistas como Peso Pluma o Natanael Cano se encuentran a la vanguardia de lo que se considera como el género con mayor incremento en la cantidad de oyentes mensuales. Estos artistas han adoptado los simbolismos y melodías arraigadas en los corridos y se ha podido llevar esta expresión cultural al plano urbano, ofreciendo una visión renovada y contemporánea de la realidad mexicana.
Los corridos de Chalino Sánchez, Los Tigres del Norte, Los Tucanes de Tijuana y Valentín Elizalde han encontrado una nueva vida con la Generación Z. Estos relatos, antes arraigados en las experiencias del pasado, han experimentado una transformación moderna y una reivindicación en las nuevas narrativas, fusionándose con elementos del trap, los ritmos urbanos y letras contemporáneas para dar paso al subgénero que ahora conocemos como los corridos tumbados. Es imprescindible también destacar que parte del éxito de este subgénero viene de un exceso de identificación a un ambiente violento y que ha abrazado por mucho tiempo los brazos del país mexicano. Artistas como Junior H y Peso Pluma existen bajo la idea de inseguridad y al mismo tiempo nace un sentimiento de correspondencia que nace que acompaña a las desigualdades; especialmente en el norte de México.
En definitiva, la música regional mexicana ha evolucionado hacia una expresión que honra sus raíces pero se adapta a los tiempos modernos, manteniendo su relevancia cultural y su poderoso impacto social.