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LA PARADOJA DE LA INVISIBILIDAD EN LA MODA CON XANE

Por: Daniela Gutiérrez
Stylist: Andrés Hernández
Fotografía: Rodrigo Álvarez

Entre las tendencias fugaces de la moda contemporánea, se encuentra Xane, una mujer de 67 años que se define como una cazadora y contempladora. Su trayectoria es diversa: desde la producción de cine y la protección ambiental, hasta la colección de arte, todas actividades que la han llevado a su actual vocación por la moda. Sin embargo, su relación con esta última es inusual en un país donde, según sus propias palabras, “las personas de mi edad no son particularmente consideradas como referencia para prácticamente nada, a diferencia de en otros países.”


Xane no se define a sí misma como una mujer común en el mundo de la moda; su enfoque es singular. A través de sus elecciones, revela un equilibrio entre la moda y la invisibilidad. "Siempre he amado la ropa, pero en esta etapa de mi vida recurro a prendas cuyo diseño, construcción y color funcionan más para pasar desapercibida que para destacar", nos explica. En su closet abundan las piezas en negro, y aunque posee algunas prendas flashy, raramente las saca a la luz. “Si alguien me invita a algún evento, tal vez tenga el valor de usarlas", menciona.

La contemplación, nos cuenta Xane, es el eje de su vida y de sus decisiones de moda. En su caso, la moda va más allá de la mera vestimenta; es un reflejo del Zeitgeist. "Parecería que la contemplación no tiene mucho propósito," reflexiona, "sin embargo, no es así, es el momento cuando nos nutrimos visual y a veces espiritualmente." A través de la moda, Xane crea un escudo, una herramienta para navegar la vida social sin someterse a sus expectativas. Ha construido un estilo propio, una especie de paradoja en la que cada elección busca la libertad de desaparecer mientras habita la moda.


Su colección es el resultado de años de ensayo y error. La pieza más valiosa que recuerda haber adquirido fue un vestido de seda de los años veinte en un lila oscuro exquisito, encontrado en un tianguis en la Zona Rosa. "El forro interior se estaba desbaratando, pero el vestido era absolutamente espectacular." Su guardarropa cuenta con piezas de diseñadores como Yamamoto, Margiela y Owens, y aunque ha tenido que vender algunas de ellas, Xane asegura que cada prenda es valiosa por distintas razones. “Las prendas que he vendido son porque he dejado de ser esa persona. Esa imagen de formalidad y de productividad ya no es lo mío ", confiesa.


A sus 67 años, Xane no se detiene. Es una cazadora en constante búsqueda, una mujer que no teme cambiar y reinventarse en cada etapa de su vida. Hoy su armario es un archivo cuidadosamente curado de historias y memorias, un reflejo tangible de su espíritu contemplativo y su amor por el arte de desaparecer en plena vista.

Xane, a sus 67 años, vive la moda desde la contemplación. Su estilo discreto y coleccionismo reflejan libertad y belleza en un mundo que suele ignorar.

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