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LA TRANGRESIÓN CULTURAL DE GABRIEL OROZCO

Por: Icka Gallego
Fotografía: Daniel Zepeda con iPhone 15 Pro Max

Hemos llegado a un punto en la historia del arte en el que nos sumergimos en una libertad desafiante. La evolución que nos ha llevado a desarrollar tantos lenguajes y métodos de expresión es tan vasta que historiadores le dedicarán su vida entera. En muchos sentidos, la obra de Gabriel Orozco es responsable de romper con las barreras previamente establecidas en el arte. Piezas como “Caja Vacía de Zapatos” (1993), y su previa exposición en Kurimanzutto, Oroxxo, en el 2017 son algunos de los claros ejemplos de su visión transgresora. Ahora, Orozco regresa a la galería Kurimanzutto con una exposición que continúa encontrando lo poético en lo mundano y en la naturaleza, con obras ligadas intrínsecamente a los lugares en los que ha vivido.


Gabriel Orozco creció rodeado de arte. Su padre, Mario Orozco Rivera, era pintor y muralista. “Crecer en ese ambiente fue muy enriquecedor”, comenta Orozco en entrevista, “pero sí hay un momento en el que hay un desprendimiento de ciertas nociones bastante arraigadas en el arte, de cómo debía ser el arte, de qué era el arte”. En los años noventa, las limitaciones empezaban a cambiar, y Orozco empezó a transicionar hacia otras técnicas y métodos de trabajo, utilizando espacios abiertos, el público, la calle y la naturaleza como su área de trabajo.


Los dibujos “Diario de Plantas”, presentes en su exposición homónima Gabriel Orozco, son un registro orgánico de hojas que caían a sus pies, una reinterpretación gráfica de los métodos de trabajo que ha desarrollado durante su carrera. La serie comenzó en Tokio durante la pandemia y lo acompañó en Acapulco y la Ciudad de México mientras el artista trabajaba en su plan para renovar el Bosque de Chapultepec, ambos proyectos reflejando un profundo respeto e interés hacia la naturaleza y nuestra manera de interactuar con ella.

La internacionalidad es algo que ha caracterizado tanto a Gabriel Orozco como a su obra. “No tengo un proyecto nacionalista, tengo un proyecto mucho más mundial”, comenta Orozco. En el pasado ha hablado sobre la importancia de construir una identidad propia, sin que se le otorguen percepciones preconsebidas por características como su nacionalidad. “Me gustan mucho las culturas, convivir con diferente tipo de gente y eso es lo que alimenta el trabajo, el contacto con la cultura, con la gente y con la naturaleza”, menciona. Las esculturas que se encuentran en la muestra Dés —dados en francés— fueron realizadas en México, talladas en piedras locales como el tezontle rojo, pero encuentran su origen en Bali, Indonesia, donde el artista comenzó a vivir con su familia en el año 2017, con el deseo de trabajar con piedra caliza.


Esta sinergia entre culturas y creencias también puede ser apreciada en las pinturas más recientes de Orozco, en donde “El hombre de Vitruvio” de Leonardo Da Vinci y la escultura de piedra de Coatlicue, diosa azteca de la vida y la muerte, se fusionan en uno, rebasando las creencias científicas y espirituales que vieron su origen para llegar a una metáfora de la convivencia entre culturas contemporáneas. “La palabra ‘cultura’ hay que verla en un sentido amplio: cultura política, sexual y espiritual”, explica Orozco. Para él, el rol del arte dentro de la sociedad es transformarla constantemente: “el arte es la herramienta más poderosa en ese sentido, porque si analizamos cualquier periodo de la historia, lo que queda es el arte.” Orozco regresa al ejemplo de Vitruvio, y como este personaje fue olvidado por la historia por casi 1500 años a pesar de sus grandes aportaciones.


Al preguntarle qué le espera en el futuro, Orozco contesta —entre risas— que la muerte. “Eso es seguro, nada más no sé cuando”. Nos comparte una lista de emocionantes proyectos, una exposición en Corea en septiembre, una exposición en el Museo Jumex en el 2025 y la culminación de su proyecto en el Bosque de Chapultepec este año.



La exposición de Gabriel Orozco en la galería Kurimanzutto estará disponible del 10 de febrero al 23 de marzo de 2024.

El artista conversa con M Revista de Milenio sobre su trayectoria creativa, y sobre las reglas que ha roto a lo largo de su carrera.

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