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RECORDANDO A FERNANDO BOTERO

Por: Daniela Gutiérrez
Imágenes: vía Artsy

El renombrado pintor colombiano Fernando Botero falleció a la edad de 91 años, dejando atrás un legado artístico que desafiaba las convenciones estéticas. Siempre caracterizado por su estilo único y una pizca de ironía, Botero solía decir: "Yo no pinto gente gorda", una afirmación que se convertiría en una declaración de principios a lo largo de su carrera.


Aunque el artista prefería explicar su obra como una exploración del volumen y la "sensualidad de la forma", su enfoque en pintar y esculpir figuras y objetos corpulentos desafiaba las normas de belleza convencionales. Este giro artístico se originó en la década de 1950, tras su paso por México y su interés por el muralismo, cuya monumentalidad y compromiso político influyeron en Botero, llevándolo a experimentar con volúmenes ensanchados en sus creaciones.

Fernando Botero, nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín, Colombia, siguió pintando hasta sus últimos días en su estudio. A pesar de enfrentar una neumonía reciente que lo llevó al hospital, regresó a casa el 14 de septiembre antes de su fallecimiento.


El artista dejó un legado diverso que abarca desde su interpretación única de la Mona Lisa hasta sus parejas de figuras robustas bailando. Sus esculturas adornan rincones de todo el mundo, pero su amor por Medellín fue evidente en las numerosas obras que donó a su ciudad natal.


Con su partida, el mundo del arte perdió a un visionario que celebró la belleza en todas sus formas y tamaños. Fernando Botero desafió las convenciones estéticas y recordó al mundo que la singularidad y la creatividad en el arte son invaluables. Su legado perdurará a través de sus obras icónicas, que continúan inspirando a personas de todo el mundo y sirven como un tributo eterno a su genialidad artística.

Fernando Botero, maestro del arte y la ironía, falleció a los 91 años, dejando un legado artístico trascendental.

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