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REGRESAR A LAS RAÍCES, REGRESAR A LA AUTENTICIDAD

Por: M Revista de Milenio
Imágenes: cortesía de la marca

Domingo en el hipódromo. En los establos, la actividad frenética rodea a los caballos y sus jinetes. Ningún detalle se deja a la suerte: el rigor y la perfección son los emblemas de esta disciplina élite. Los caballerangos cruzan el campo con botas de lluvia con el logo oversized de Longchamp. Inspiradas en las botas de montar, se pueden personalizar con correas de piel que evocan los colores de las bridas y los establos de carreras. Los tonos cálidos –ciruela, maíz, caoba– o los estampados de camuflaje complementan las piezas clave chic y deportivas: chamarras, chalecos y blusones de piel de oveja, parkas estructuradas con paneles color-block o chamarras con cuello alzado en cuero o franela acolchada, pantalones cargo... Botas altas en color negro o tabaco con agujetas contrastadas para un look invernal y aventurero, que puede completarse con una gorra de béisbol de pana aterciopelada. A tiro de piedra de los establos, se reúnen los apostadores veteranos, con los periódicos de las carreras bajo el brazo. Las familias también acuden a empaparse en esta atmósfera en las gradas y en el césped. Todo el mundo está relajado y sonríe. En este ambiente ecléctico, algunos aficionados optan por pea coats, jerseys y abrigos con rayas marineras, un estilo clásico revisitado por Longchamp. Otros han optado por un look más femenino, combinando un pantalón de traje con una blusa de volantes o un chaleco de oveja sobre un vestido de tafetán.


Como explica Sophie Delafontaine, directora creativa: “Me encanta el concepto de layering, ya que te permite crear una sensación acogedora y envolvente que necesitas en invierno, sin dejar de tener un aspecto chic y casual.” El bolso Box-Trot en nuevos tonos vibrantes de azul cobalto y verde hierba, así como un nuevo formato baguette, complementan los vestidos largos en crepé fluido, creando una silueta refinada y contemporánea.

Sin olvidar a los dueños de los caballos de carreras, que se pasean por el prado con pantalones de franela de corte recto y sacos con cuello de smoking para un total look ’dandy’. Las rayas de tenis son un tema clave de la colección, personificando su espíritu chic y deportivo.


Pero lo que realmente hace latir al corazón y vibrar al hipódromo son los caballos y sus jinetes. La colección se inspira en las sedas de las carreras, las famosas chaquetas que visten los jinetes y cuyos llamativos colores y estampados son exclusivos de cada establo. “Es fascinante trabajar con todos los personajes que dan vida a un hipódromo”, dice Sophie Delafontaine. “Por supuesto, la pareja del jinete y el caballo ocupan un lugar muy especial en mi corazón: es toda la historia de nuestra Maison la que estoy revisitando con esta colección”.


Longchamp devela una serie de piezas estampadas: vestidos y blusas en seda y algodón con un motivo en blanco y negro aludiendo al tablero de ajedrez, suéteres gruesos de cashemire con punto fino engalanados con caballos y jinetes, bomber jackets con rayas en diagonal que evocan la seda de las carreras. La novedad de la línea Epure es un bolso con forma de estuche para binoculares: un must para seguir la competencia. Le Pliage también entra en acción con diseños en los colores vibrantes que destacan en los competidores de las carreras: granate, azul cielo, naranja, rojo, verde herbes, amarillo y rosa. Longchamp regresa a donde todo comenzó y celebra al mundo de las carrreras de caballos con energía y autenticidad.

La nueva colección de Longchamp celebra sus comienzos y al mundo de las carreras ecuestres con energía y autenticidad en un viaje de color.

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