SEBASTIÁN YATRA: DHARMA Y LA ACEPTACIÓN DE LA REALIDAD
Por: Sarah Gore Reeves
Fotografía: Silja Magg
Para Sebastián Yatra los últimos dos años han sido un proceso de profunda reflexión espiritual, una en la que ha predominado la aceptación y la paz con la realidad. Tan es así, que en el budismo este concepto se llama dharma, y es así como decidió llamar a su tercer álbum, con el que se encuentra de gira actualmente. “Esta palabra la encontré en un libro llamado Sapiens en un avión, iba de Malta a Madrid. Estaba teniendo un día terrible, con mucha ansiedad, me puse a leer y Yuval Noah Harari, el escritor, presentó el dharma, que es el otro lado de la moneda del karma. Es el aceptar la realidad y todo lo que te llega en la vida cuando vas de la mano de tu destino, de lo que realmente es y no lo que quisieras que sea. Y haciendo las cosas con amor”, me dice.
Este cambio en la vida del cantante viene también impulsado por lo que él admite ha sido uno de sus años más complicados, emocionalmente hablando, por lo que a sus 26 años decidió ir a terapia por primera vez y a probar distintas alternativas para su bienestar, como el yoga. Y le cambió la vida. “Vivo la vida desde un lugar mucho más pleno y realista, donde voy aceptando todo lo que me va pasando. Y al aceptarlo lo puedo realmente disfrutar. Puedo estar aquí, en este momento, sin estar preocupado por que lo sigue o lo que vino antes”, afirma el cantante que desde los 12 años empezó a componer y está a punto de cumplir una década profesional desde que lanzó su primer sencillo, El Psicólogo.
Ahora, tras una de las temporadas más ajetreadas de su vida, entre el Dharma Tour, su participación en los Oscar, la película Érase una vez... pero ya no, y muchos proyectos más, Sebastián celebra estos 10 años de trayectoria con nuevas herramientas para seguir creciendo sí, pero con un enfoque y una dirección distinta. Frenar en seco, por el confinamiento, le dio la oportunidad de detenerse a ver el ritmo tan frenético con el que estaba viviendo y de replantearse otra manera de vivir. “Por ir como un robot no estaba enamorado de la música como siempre había estado”, ha revelado.
Y es que, aunque para muchos, incluida yo, el colombiano es la viva imagen de la alegría, es tajante cuando dice que en realidad no lo es. “¿Lo mío? No siento que haya sido el positivismo y la alegría. Para nada. He sido una persona que ha vivido de todo, pero de pronto ahora ya no tengo miedo y tengo mucha tranquilidad en transmitir esas otras emociones también porque no hay que estar todo el día positivo y alegre. Puedes estar así, pero si no, tampoco tienes que pretender algo que no es. Y para poder llegar a ser muy feliz se tiene que a veces pasar por cosas difíciles y oscuras, estrellarse, pegarse para reaccionar y darse cuenta que quiere uno para su vida”, explica.
Una de las canciones más lindas de Dharma, álbum del que sale el éxito Tacones Rojos, es Quererte Bonito, tema que del que él habla como lo mejor que ha escrito en la vida. ¿Y qué significa ahora para Yatra quererse bonito? “Que me cuido, me doy espacios, trabajo en mi salud mental y emocional, me rodeo de personas que me hacen bien y me caen bien, con quienes disfruto pasar el tiempo y eso hace que la vida sea muy amena. No pienso tanto en resultados, entonces al no hacerlo no estoy obsesionado con cosas que no han pasado. Siento que soy una persona feliz porque no me estoy ya cuestionando todo el día si lo estoy. Y cada vez me encuentro dándole menos vueltas a las situaciones”, platica.
El cantante, que en realidad se llama Sebastián Obando Giraldo, y escogió “Yatra”, del hinduismo, que significa camino sagrado, parece que le está haciendo honor a su apellido artístico. Dentro de ese camino, enfatiza lo mucho que agradece lo que lo llevó a estar ahí. “Uno se termina metiendo a estas cosas por algo en especifico que te atormenta y después te das cuenta que esas mismas herramientas te ayudan para toda lo demás en tu vida”, agrega.
Lo que me queda claro de Sebastián es que vive el presente, ya el mañana ya se verá. Su manera de componer es empezando con la historia siempre… ¿y qué historia quiere contar ahora? “No sé… cuando me meta al estudio podré contestar esa pregunta”, dice con una sonrisa.