THE DEN: UN SPEAKEASY DONDE LA SIMPLICIDAD ENCUENTRA SU SANTUARIO
Por: Daniela Gutiérrez
Imágenes: Lorena Domínguez con iPhone 15 Pro Max
Cuando las luces de Nueva York se funden en la puesta de sol, hay rincones de la ciudad que permanecen ocultos a la vista del común de los mortales. The Den es uno de esos lugares, un santuario para los que buscan escapar de la vista pública y sumergirse en una experiencia culinaria que se aleja de la extravagancia y se acerca a la esencia misma de la gastronomía.
The Den, un speakeasy estilo Omakase en Tribeca, no tiene una fachada vistosa. De hecho, no tiene una fachada. No hay señales luminosas ni anuncios llamativos. Su existencia es un secreto compartido por los amantes de la cocina tradicional japonesa. Para llegar allí, uno debe descender por las escaleras de Azabu. Es en el sótano de este lugar donde se encuentra The Den, un espacio con techo bajo que respira discreción y sofisticación.
Una vez abajo, los comensales son recibidos por un ambiente que evoca una sensación de calma. El diseño es sobrio pero elegante, con detalles que sugieren un lujo sin ostentación: madera, iluminación tenue, y un mobiliario que parece abrazar a los visitantes en una atmósfera de privacidad. Hay pocas mesas en The Den, la estrella es la barra de sushi que invita a la conversación entre chef y comensales, como en los más tradicionales establecimientos de Japón.
La filosofía detrás de The Den es tan simple como es profunda. Este pequeño oasis destaca por su enfoque en la simplicidad. Cada platillo se prepara con una reverencia por los ingredientes frescos y de alta calidad. La cocina omakase, en la que la Sous Chef Nanako Fujitani dirigió la experiencia, se convirtió en una celebración de lo esencial.
Originaria de Osaka, Japón, Fujitani dejó su trabajo como ingeniera en sistemas para convertirse en chef. Su habilidad y pasión por la cocina son palpables en cada movimiento, creando una serie de platos que cuentan una historia de la tradición japonesa y la dedicación personal. Aquí, los platillos son una manifestación de arte y técnica. Llegan a la mesa uno por uno, cada uno hecho con ingredientes seleccionados con cuidado y respeto. El pescado es cortado con precisión, y el arroz, sazonado con vinagre, es tan esponjoso y perfecto que parece ser una extensión de la propia espuma de mar.
En este refugio oculto, el servicio es una extensión de la experiencia culinaria. Los camareros y chefs se mueven con una gracia casi imperceptible, anticipando las necesidades de los comensales con una precisión que parece desafiar el tiempo. No hay prisa, no hay presiones; solo una dedicación inquebrantable al arte de servir. La atención al detalle es tal que cada gesto parece estar meticulosamente calibrado. Te recomendamos acompañar esta experiencia con un poco de sake; nuestra elección fue una variedad hecha en Brooklyn, Brooklyn Kura.
The Den es un refugio para aquellos que desean escapar del mundo. Aquí, el acto de comer se convierte en una ceremonia de simplicidad y autenticidad, un respiro en medio de la frenética vida urbana. Al salir de The Den, uno no solo lleva consigo el recuerdo de una comida exquisita, sino también un momento de serenidad y conexión, una rareza en una ciudad que nunca duerme.
Así, mientras las luces de Nueva York parpadean en la distancia, y el bullicio regresa a la superficie, The Den permanece como un secreto guardado bajo la ciudad, un santuario de lo esencial y lo sublime. Para aquellos que buscan una escapatoria en el corazón de Tribeca, este escondite ofrece una experiencia que desafía el ruido del mundo exterior, permitiendo que el verdadero placer se encuentre en la quietud y la simplicidad.
The Den está ubicado en 428 Greenwich St, Nueva York, NY 10013, está abierto todos los días y puedes reservar vía OpenTable.