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UN RECORRIDO POR LOS LOOKS MÁS ICÓNICOS EN LOS OSCARS DE LOS AÑOS 80 Y 90

Por: Daniel Luna Jiménez
Imágenes: cortesía de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas

En la historia de los Premios de la Academia, algunos momentos no solo son recordados por los galardones, sino también por los atuendos que deslumbraron en la alfombra roja. Desde clásicos hasta arriesgados, los estilos de algunas estrellas han dejado una huella indeleble en la industria de la moda. Aquí recordamos algunos de los looks más memorables de los Oscars a lo largo de los años. 


En el año 1980, una época marcada por la transición entre la década de los 70 y los 80, Meryl Streep recibió su primer Oscar por su destacado papel en "Kramer contra Kramer". Sin embargo, este día no solo se recuerda por el merecido galardón que recibió, sino también por el estilismo que pasó a la historia en la alfombra roja.  Se presentó con un deslumbrante conjunto blanco de dos piezas diseñado por Pauline Trigere. El vestido largo presentaba una falda de vuelo, mientras que la torera de manga larga a juego completaba el outfit, añadiendo un toque de elegancia y distinción. El corsé entallado a la cintura del vestido, junto con el saco de manga larga, estaba adornado con pequeños adornos cuadrados coloridos en el busto y a lo largo de la chaqueta, añadiendo un elemento de originalidad y sofisticación al conjunto. Este atuendo, sencillo pero impecable, fue acorde a su figura y tono de piel, y complementado con un arreglo de pelo y maquillaje que resaltaba su belleza natural.


El impacto de este look no solo se limitó a la noche de los Oscars. Con ese look Meryl Streep solidificó su lugar como una de las figuras más icónicas y respetadas en la industria del entretenimiento y la moda. Tres años más tarde, en 1983, Streep recibió su segunda estatuilla por su papel protagónico en "La decisión de Sophie", dirigida por Alan J. Pakula. En esta ocasión, embarazada y radiante, optó por un vestido-túnica dorado que parecía prever su victoria esa noche. El diseño, obra de Christian Leigh, destacaba por su sencillez y elegancia, complementando a la perfección la belleza natural de Streep. Este año marcó el comienzo de su inclinación por los tonos dorados, una tendencia que ha perdurado a lo largo de su carrera y que ella lleva con sorprendente discreción. Además de su impecable estilo en la alfombra roja, Streep ha mantenido una asociación duradera con su peluquero y maquillador de toda la vida, J. Roy Helland. Desde sus primeras apariciones en la pantalla grande, ambos han trabajado en estrecha colaboración, creando looks memorables que han dejado una marca indeleble en la historia del cine y la moda. El legado de Meryl Streep va más allá de sus logros en la actuación; su estilo distintivo y su colaboración con talentosos diseñadores y estilistas han inspirado a generaciones de amantes de la moda y han dejado una huella imborrable en la cultura popular.


En 1986, Cher causó sensación al desfilar con un atrevido conjunto negro diseñado por su amigo y colaborador de toda la vida, Bob Mackie. Aunque el conjunto constaba de un top y una falda sirena, fue el llamativo tocado de plumas lo que acaparó todas las miradas. El tocado, diseñado por Bob Mackie, medía dos pies de alto y estaba elaborado con plumas de gallo, agregando una dosis de drama y extravagancia al conjunto. Cher complementó su look con el abdomen al descubierto, acentuado por dobladillos triangulares, creando una estética única y provocativa que desafió las expectativas de la moda en aquel entonces. Al otorgar el premio al Mejor Actor de Reparto a Don Ameche por su actuación en "Cocoon", Cher no solo destacó por su arriesgado estilismo, sino que también reafirmó su identidad como una figura que desafía las normas establecidas. Su decisión de usar un atuendo intencionalmente llamativo fue una respuesta a aquellos que la subestimaban como actriz debido a su estatus como estrella del pop. Como ella misma expresó, quería recordarles a todos lo que no les gustaba de ella y afirmar su individualidad y autoexpresión. El atuendo de Cher en los Oscars de 1986 no solo fue una declaración de moda audaz, sino también un acto de empoderamiento y autenticidad que la consolidó como un ícono cultural que desafía las normas y redefine constantemente los límites de la moda y la autoexpresión en la industria del entretenimiento.

En 1997, Salma Hayek irrumpió en la escena de los Premios Oscar con un estilo que capturó la atención de todos. Ataviada con un deslumbrante vestido lencero repleto de lentejuelas color marfil, firmado por Armani, Hayek no solo hizo una declaración de moda, sino que también enaltecía el talento latino en la alfombra roja, acompañada por su entonces cita, el cantante Luis Miguel. Para Salma, esta aparición fue más que un simple evento de moda; fue su debut en los Oscars y tenía que ser memorable. El vestido se destacó por su elegancia y sofisticación, y marcó el inicio de su asociación con el renombrado diseñador Armani. Con el que Salma quedó muy agradecido debido a que, en sus propias palabras, "no había muchas personas que quisieran vestirla", Complementando su atuendo con un par de sandalias de tacón satinadas y un clutch a tono, Salma agregó un toque de estilo único con una tiara de princesa. Aunque inicialmente su equipo de estilistas dudaba de esta elección, la tiara se convirtió más tarde en tendencia, demostrando una vez más la visión adelantada de Hayek en el mundo de la moda. Para completar su look, optó por un recogido clásico y un maquillaje audaz con párpados azules, una elección que resaltaba su belleza latina y añadía un toque de glamour moderno. Este estilo no solo destacó su elegancia y belleza, sino que también la consolidó como una figura influyente en el mundo de la moda y la cultura latina en Hollywood.


Ese mismo año, Nicole Kidman y la casa de moda Dior escribieron un capítulo legendario en la historia de las alfombras rojas de los Premios de la Academia. En una noche donde su entonces esposo, Tom Cruise, estaba nominado al Oscar, todas las miradas se posaron en Kidman y su atrevido vestido de color chartreuse diseñado por el recién nombrado director creativo de Dior, John Galliano. El vestido de satén, bautizado como “Absinthe”, encarnaba una exquisita fantasía oriental inspirada en la silueta asiática de los vestidos, desafiando las convenciones establecidas en una alfombra roja repleta de colores neutros y detalles minimalistas. Aunque Kidman solo asistía para presentar el premio a Mejor Edición, su elección de vestuario se convirtió en el centro de atención y dejó una marca indeleble en la historia de la moda de la alfombra roja. El vestido "Absinthe" no solo recibió elogios inmediatos, sino que también se consagró como uno de los vestidos más influyentes de todos los tiempos en los Oscars. La revista W declaró que fue "un momento histórico tanto para el diseñador como para quien lo usó", marcando la llegada de Galliano como una nueva fuerza en la alfombra roja. El impacto del vestido fue tan significativo que cambió el curso de la moda en la alfombra roja, desafiando las normas establecidas y abriendo las puertas a colores vibrantes y diseños exóticos. Fue el primer vestido de verdadera alta costura en la alfombra roja, según Melissa Rivers, quien lo llamó así mientras cubría los Oscars para E! ese año. El vestido de Kidman, adornado con chinoseries, una expresión artística europea inspirada en China, se convirtió en un símbolo de elegancia y audacia, capturando la imaginación de la industria de la moda y el público en general. A lo largo de los años, ha sido reconocido como uno de los vestidos más icónicos y memorables de la historia de los Oscars, dejando un legado perdurable que trasciende el mundo del entretenimiento y la moda. El año 1999 marcó un punto de inflexión en la historia de la moda en los Oscars, y uno de los momentos más memorables fue protagonizado por la icónica cantante Céline Dion. En medio de una alfombra roja dominada por los vestidos tradicionales, Dion desafió las convenciones con un audaz esmoquin diseñado por John Galliano, que llevaba puesto al revés. El conjunto de Dior de Galliano, combinado con un elegante sombrero de ala inclinada, representó un cambio radical en la moda de la época. Dion, consciente de la singularidad de su elección, recordó más tarde: "Cuando me puse eso, todo el mundo llevaba vestidos, no pantalones". Su atrevimiento en el uso del esmoquin al revés destacó en medio de la multitud de vestidos, mostrando una visión vanguardista y rompiendo barreras en la alfombra roja.


El conjunto, completado con un sombrero de fieltro y gafas de sol Ray-Ban con incrustaciones de diamantes, demostró la capacidad de Dion para desafiar las normas de la moda y seguir siendo elegante y sofisticada. La chaqueta al revés no solo añadió un toque sutilmente sexy al look, sino que también reafirmó la idea de que no es necesario usar un vestido para sentirse elegante y empoderada en una ocasión tan importante como los Oscars.

El estilo innovador y audaz de Céline Dion en los Oscars de 1999 sigue siendo recordado como un hito en la historia de la moda de la alfombra roja, demostrando que la verdadera elegancia trasciende las normas establecidas y se encuentra en la confianza y la originalidad de cada persona.



En esa misma edicion Gwyneth Paltrow se destacó no solo por su talento, sino también por su elección de vestuario. La joven actriz recibió el Oscar a la Mejor Actriz por su papel en "Shakespeare in Love", mientras lucía un impresionante vestido rosa pastel diseñado por Ralph Lauren. Este icónico vestido, con su delicado tafetán y su corte estilo princesa, se convirtió instantáneamente en uno de los más recordados en la historia de la alfombra roja.

El vestido, recibió críticas mixtas en su momento, pero su impacto en el mundo de la moda fue innegable. Ralph Lauren adaptó el diseño de una falda de tafetán rosa que Paltrow había visto en un lookbook, creando así una pieza simple pero elegante, con tirantes finos, escote en V y una falda amplia y fluida. Complementando su atuendo, Paltrow lucía sandalias rosas de tiras Manolo Blahnik y joyas de Harry Winston, incluyendo un collar, una pulsera y aretes de diamantes valorados en aproximadamente 160.000 dólares, un regalo de su padre tras su victoria en los premios. Esta elección de accesorios añadió un toque de lujo a su apariencia ya deslumbrante. Lo más notable del look de Paltrow fue su simplicidad y su capacidad para transmitir una sensación de elegancia y sofisticación sin esfuerzo. Aunque algunos criticaron su elección, la actriz defendió su decisión, explicando que simplemente quería "verse muy dulce" y se desconectó de las opiniones externas para seguir su propio gusto. El vestido fue ampliamente copiado después del evento, y a Paltrow se le atribuyó el mérito de haber vuelto a poner el rosa de moda. A lo largo de los años, el vestido de Gwyneth Paltrow ha resistido la prueba del tiempo, convirtiéndose en un símbolo de la moda de esa era. Su hija incluso expresó interés en usarlo para su fiesta de graduación, demostrando que su legado sigue vivo y sigue inspirando a las generaciones más jóvenes en el mundo de la moda.



En resumen, la historia de los Premios de la Academia no solo está marcada por los galardones entregados, sino también por los deslumbrantes atuendos que han desfilado por la alfombra roja. Desde Meryl Streep hasta Gwyneth Paltrow, cada una de estas estrellas ha dejado una marca indeleble en la industria de la moda con sus elecciones de vestuario audaces y elegantes. Para aquellos interesados en explorar más a fondo la historia detrás de estos icónicos looks de los Oscars, puedes leer el libro "Beyond the Best Dressed: A Cultural History of the Most Glamorous, Radical, and Scandalous Oscar Fashion". Este libro ofrece una visión detallada y fascinante de la evolución de la moda en los Premios de la Academia, explorando cómo estos momentos han impactado la cultura popular y han inspirado a diseñadores, estilistas y amantes de la moda en todo el mundo.

Sumérgete en la fascinante historia de algunos de los looks más icónicos de los Oscars de los años 80 y 90, donde la moda y el glamour se fusionaron en la alfombra roja.

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