Celebrando los 100 años de Meistersück, recordamos que en 1906 nació la historia de Montblanc de la mano de Claus-Johannes Voss, Alfred Nehemias y August Eberstein. Poco tiempo después de la creación de la marca se presentó su primera pluma estilográfica, tomando el nombre de una de las montañas más altas de los Alpes.

Montblanc es sinónimo de calidad y precisión, por lo que este año la marca celebra los 100 años de su colección Meisterstück. Sus productos se convierten en una pertenencia valiosa para quienes los poseen y la historia de esta pieza es fascinante. Algunos de los clientes buscaban un instrumento de escritura especial para “uso dominical”. Los artesanos con sus conocimientos crearon Meisterstück, lo que significa obra maestra en alemán.

La colección fue bien recibida por los amantes de la marca y se ha vuelto en un ícono cultural, ya que a lo largo de los años ha evolucionado, desde la introducción del número 4810 hasta la adición de los anillos en 1928. Con el paso de los años la diferenciación que tenía la marca se hizo evidente con nuevos diseños y plumas bicolor. La década de los años cincuenta marcó el nacimiento del modelo 149, el cuál ha dejado huella en la marca.

Durante los años sesenta la marca presentó un desvío estilístico y utilizaban resina moldeada por inyección, a pesar de esto el modelo tan aclamado de 149 permaneció como antes. Mediante la siguiente década el Meistertück en forma de puro tuvo un crecimiento ya que la gama de los modelos clásicos creció. A pesar de diferentes variaciones, se han mantenido los códigos de diseños centrales.